Las macrogranjas no tienen ética ni se le espera. Tienen un único fin: ganar dinero.
Con estas premisas, nada puede salir bien, salvo en lo que respecta al bolsillo de las personas dueñas de estas aberraciones.
Cualquier actuación que no contemple el beneficio a la naturaleza en su conjunto: aire, agua, plantas, animales y ser humano, nos irá llevando a la irremediable desaparición y aniquilación de la vida tal y como la conocemos.
Las macrogranjas no tienen ética ni se le espera. Tienen un único fin: ganar dinero.
Con estas premisas, nada puede salir bien, salvo en lo que respecta al bolsillo de las personas dueñas de estas aberraciones.
Cualquier actuación que no contemple el beneficio a la naturaleza en su conjunto: aire, agua, plantas, animales y ser humano, nos irá llevando a la irremediable desaparición y aniquilación de la vida tal y como la conocemos.
otra barbaridad más, y suma y sigue. Firmado, por supuesto, hace tiempo y compartido.